Es en ese preciso instante donde tu talento sale a flote, y sacas los mejores recursos que posees, avanzando cada vez más en tu crecimiento, tanto a nivel profesional como a nivel personal.
Sentir que tu trabajo es ayudar a que tu superior se dedique exclusivamente a su tarea y que de el resto te encargarás tú, también es un modo de ver que el resultado final de lo que surja de ésta relación ha sido por un trabajo en equipo, donde lo mejor de él/ ella y lo de tí han confluido, dando paso al alcance del objetivo permitiendo así el espacio y las condiciones perfectas para continuar avanzando.
Cuando la jerarquía está excesivamente impuesta y la experiencia profesional del subordinado no está tomada en cuenta, así como la intromisión por parte del/la superior en la metodología que aplica el subordinado para alcanzar el objetivo marcado, es cuando surgen los problemas. Desmotivación, falta de implicación o, incluso, enfrentamientos directos, es lo que puede provocar un desequilibrio en la relación laboral, dejando paso a las consecuencias que todos conocemos.
Es por ello que mi visión laboral es muy clara y concisa: tú plantéame tus necesidades que yo me encargaré de llegar a satisfacerlos.
Y ésto solamente se puede conseguir mediante un buen trabajo en equipo. De ahí que crea tan firmemente en la colaboración entre profesionales, en las redes de contactos, etcétera.
A las puertas de las vacaciones para la mayoría, ahí dejo mi reflexión.
Saludos,
Noemí Miralles
